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Este es el mejor momento del día para tomar café, según una experta en Nutrición

Escribe señala que “el café es la sustancia psicoactiva más consumida globalmente y posee múltiples propiedades beneficiosas”. Uno de sus principales efectos es su “capacidad para estimular el sistema nervioso central, lo que ayuda a reducir la sensación de cansancio y fatiga, además de aumentar el estado de alerta y mejorar la concentración”.

Esto, indica que “puede ser especialmente útil en contextos de alta demanda cognitiva o física, como en la práctica deportiva, donde no solo se requiere una buena función muscular, sino también una respuesta neurológica eficiente para mejorar el rendimiento, la coordinación y reducir la fatiga”. La cafeína, presente en el café, “actúa como ayuda ergogénica al promover una sobreexcitación controlada del sistema nervioso central”.

Pero no sólo eso, además, el café tiene efectos sobre otros sistemas del organismo:

Influye en el sistema cardiovascular, respiratorio y gastrointestinal.

Aunque tiene un efecto diurético leve, estudios muestran que, en términos generales, el consumo de café no conduce a una mayor pérdida de agua a largo plazo, ya que la cantidad de orina producida en 24 horas es similar a la de quienes ingieren líquidos sin cafeína.

Puede mejorar la absorción de analgésicos y potenciar su efecto, siendo especialmente útil para aliviar migrañas y prevenirlas.

Desde el punto de vista antioxidante, el café es una fuente importante de compuestos con propiedades protectoras. Los antioxidantes presentes en el café ayudan a combatir el estrés oxidativo y el daño por radicales libres, lo cual puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson, entre otras.

Aporta fibra dietética en forma de polisacáridos no digeribles, como arabinogalactanos y galactomananos, que ejercen un efecto prebiótico. Esto significa que contribuyen a la salud de la microbiota intestinal, favoreciendo una mejor función digestiva y contribuyendo a la salud del sistema gastrointestinal.

En cuanto a la edad a la que la gente puede comenzar a tomar café, la mayoría de los profesionales de la salud recomiendan que “los niños y adolescentes eviten por completo el consumo de cafeína, incluyendo el café”. ¿Por qué? Como explica la experta, “esto se debe a que los niños y adolescentes son más susceptibles a los efectos de la cafeína, como nerviosismo, insomnio, irritabilidad y taquicardia, lo que puede afectar negativamente su desarrollo y bienestar”.

En este sentido, es importante recordar que la cafeína “no solo se encuentra en el café, sino también en tés, refrescos, bebidas energéticas, chocolates y algunos productos de confitería, por lo que el consumo debe ser moderado y consciente”.

Por tanto, el consumo de café en niños y adolescentes no está recomendado por los efectos adversos en su salud, pero, matiza, “si se consume en adolescentes, debe hacerse con moderación para evitar impactos negativos en el sueño, la salud mental, los hábitos alimentarios y la salud cardiovascular”.

El resto de personas, pueden tomarlo con total seguridad, eso sí, sin superar las dosis recomendadas de “un consumo máximo para la población en general, sin ninguna patología específica, de 3 a 4 tazas al día. Esta cantidad es perfecta porque “ayuda a disfrutar de los beneficios del café mientras se minimizan posibles efectos adversos relacionados con un consumo excesivo, como la disminución de absorción de hierro o calcio e incluso alguna enfermedad inflamatoria del estómago”.

“El mejor momento para tomar café es en la mañana, aproximadamente una hora después de despertarse, cuando los niveles de cortisol, una hormona que ayuda a mantenerte despierto, comienzan a disminuir”. Así, desde un punto de vista nutricional, el mejor momento sería entre “las 9 y las 11 de la mañana aproximadamente”.

En cuanto a la hora a partir de la cual no es recomendable tomar café, “lo ideal es evitarlo al menos 6 horas antes de acostarse, para no afectar la calidad del sueño”. Por ejemplo, explica, “si planeas dormir a las 10 de la noche, sería recomendable no consumir café después de las 4 de la tarde”.

En todos estos consejos es importante saber que “la sensibilidad a la cafeína puede variar de una persona a otra, así que es importante escuchar a tu cuerpo y ajustar según cómo te sientas”.